Conocemos las esmeraldas colombianas, pero… ¿Son éstas capaces de ser sostenibles o comunitarias?
¿De dónde vienen las esmeraldas colombianas?
Cuenta la leyenda que las esmeraldas son lágrimas que derramó una indígena muisca llamada Fura por la pérdida de su amado esposo Tena. El llanto de Fura regó los bosques y penetró la tierra, hasta convertirse en estas hermosas piedras verdes que hoy conocemos.
El subsuelo colombiano cuenta con condiciones únicas, las cuales hacen más resistentes, brillantes y de tonalidades más puras y profundas estas magnificas piedras. Es por esta razón que la esmeralda colombiana es una de las piedras preciosas más deseadas en todo el mundo.
Colombia es el único lugar donde se encuentran las esmeraldas con tono azulado. Además, la exclusividad de la “esmeralda Trapiche”; una de las gemas más raras del mundo (Su nombre se debe al parecido que conserva con la forma de los piñones de las máquinas exprimidoras de caña de azúcar).
Cundinamarca y Boyacá son las principales sedes esmeralderas de Colombia. La zona conformada por los municipios en Muzo, en el noroccidente del departamento de Boyacá. Gachetá y Gachalá, en el nororiente de Cundinamarca; y las minas de Borhur, Coscuez, Chivor, Peñas Blancas y Otanche en Boyacá.
Colombia representa un 50% – 90% del mercado mundial de las esmeraldas.
¿Cuánto valen las esmeraldas colombianas?
Una esmeralda adquiere su valor en relación a la calidad de la piedra. Hay esmeraldas colombianas que pueden tener un precio bajo de US $ 30-50 hasta lograr unos US $ 10.000 o hasta más.
Las piedras de $50 son esmeraldas más jóvenes, es decir, son más opacas y de color claro, probablemente con una coloración más turquesa. Por otro lado, para las esmeraldas más costosas existentes son piedras formadas por casi ¡40 Millones de años! Y son translucidas y de color verde oscuro.
El color de la piedra es crucial para determinar su precio sin embargo hay otras variantes que debemos tener en cuenta; por ejemplo, las inclusiones, tales como las burbujas de aire o cristales internos, estas pueden reducir su precio, ojo a lo siguiente: una piedra ligera con menos inclusiones que una más oscura puede costar más, sin importar sus colores.
Finalmente ¿existe una esmeralda sostenible? Es una pregunta que nos lleva a analizar diferentes aspectos.
Por un lado, desde la ANM (Agencia Nacional de Minería) en trabajo conjunto con Fedesmeraldas, la comisión de recursos y reservas realizaron la entrega de guías e investigaciones para reducir los daños durante la extracción de las esmeraldas. La guía de buenas prácticas de la esmeralda colombiana se encuentra libre en Internet.
A continuación, compartimos el link:
Guía de buenas prácticas de la esmeralda colombiana De la ANM
Esta guía tiene como propósito la orientación en la exploración y estimación de recursos y reservas minerales del sector minero de las esmeraldas colombianas.
En el contexto colombiano las organizaciones mineras, actualmente, apuestan a un ‘desarrollo turístico’ de las zonas aledañas a las minas; el acercamiento de nuevos públicos a estos espacios asegura una mayor visibilidad del trabajo de este gremio y posibilidades de venta turística.
Cambiemos la pregunta inicial ¿Y si existiera una esmeralda comunitaria? Esta es una idea real y ejecutable en Colombia. Vincular al gremio esmeraldero, sector turismo y a los viajeros con nuevos proyectos comunitarios es un ideal que se propone con fuerza.
Siguiendo este hilo, la esmeralda colombiana comunitaria aseguraría pagos justos a los mineros, capacitaciones de uso debido de herramientas y protocolos de seguridad, mitigación de daños y capacitación de la labor de “minería responsable”, generando empleos seguros y directos en la comunidad, involucrando a todos los agentes que hemos mencionado: Gremio esmeraldero, sector turismo y a los viajeros.
Este proceso solo puede desarrollarse con un principio básico, la transparencia. Dar a conocer al público los procedimientos de extracción, valores de venta y explicaciones, contratos honestos y humanos; las esmeraldas colombianas son capaces de generar esto y más.
Es preciso terminar con la necesidad y llamado a la disminución y mitigación del impacto ambiental del proceso de extracción, dicho procedimiento se hace evidencia en la “guía de buenas prácticas de la esmeralda colombiana”. Esto simboliza que desde el sector turismo se es posible proponer a los viajeros y proveedores informarse sobre estas prácticas que desde la agencia nacional de minería se están proponiendo.
Actualmente en Colombia es posible vivir la experiencia de entrar a una mina sostenible y experimentar de la mano de los expertos mineros la extracción de estas piedras preciosas, la agencia Tresor Colombien cuenta con un producto diseñado especialmente para hacerte descubrir este universo mágico de los tesoros mineros de Colombia.
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